“Queridos Hijos, muchos se preguntan: ¿por qué bautizamos a los niños en la Iglesia Católica? Porque si tratamos de dar a nuestros hijos lo mejor, como la alimentación, el vestido, el cuidado amoroso y tantas otras cosas más porque los amamos, ¿cómo no darles el más grande de los regalos que es la misma Vida de Dios que recibe el que es bautizado? El bautismo, no importa la edad en que se recibe, nos hace hijos adoptivos de Dios (Efesios 1, 5) y, por lo tanto, herederos del Cielo (Juan 3, 5). En el Antiguo Testamento, la Palabra de Dios nos dice que a Jesús la santísima virgen María y san José hicieron algo que estaba mandado por el Señor a los ocho días de nacido a todo primogénito varón: La Circuncisión (Hechos 7, 8). Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno. (Lucas 2, 21) y no esperaron hasta los 12 o 15 o 33 años cuando tenía uso de razón para preguntarle si quería ser circuncidados y pertenecer al pueblo de Dios y que si le gustaba el nombre de Jesús o le ponían otro; la circuncisión es para eso, así era el mandato divino. A los cuarenta días lo llevaron para presentarlo al templo “Todo varón primogénito será consagrado al Señor. (Lucas 2, 21-27) aquí tampoco María y José le preguntaron al Divino Niño si lo hacían sí o no esperar hasta que tenga uso de razón. Es como si para darle una medicina al menor que es para el bien de él, sus padres le tendrían que preguntar si lo hacen si o no. Ya que el bautismo substituye la circuncisión (Colosenses 2, 11-12), el bautismo de niños fue práctica de los cristianos desde los primeros tiempos de la cristiandad.
Con el bautismo los niños y las niñas reciben las llaves de la entrada al tesoro más grande del mundo (el reino de cielo). Los adversarios de los católicos dicen: En los evangelios está escrito: «El que crea y sea bautizado, se salvará» (Mc. 16, 16). Por lo tanto para poder ser bautizado hay que creer y un niño o niña no está en esas condiciones de creer o no además dijo Jesús dejar que los niños vengan a mí que de ellos es el reino de Dios. Eso es verdad que lo dijo Jesús, el detalle es conocer o saber exactamente desde que momento dejamos de ser niños o niñas y nos volvemos adolecentes o adultos, ese manejo es muy difícil; que tal que hoy somos niños o niñas y mañana ya somos adolecentes con uso de razón y ese día nos sorprenda la muerte, la vida no está comprada y somos muy frágiles ante ella, llega para niños y niñas, jóvenes y adultos y en donde suceda esto conciencia que marca para toda la vida a los padres por no darles la oportunidad de entrar al reino de Dios, por no bautizar a sus hijos, porque el Señor Jesucristo dijo: «El que no nace del agua y del Espíritu Santo no puede entrar en el Reino de Dios» (Jn. 3, 5). Sin bautismo no se puede entrar al cielo.
De ahí el afán de la iglesia Católica de bautizar a los niños, no porque tengan pecados sino porque si lo dejamos para cuando sea mayor y en ese tiempo se muere que pasaría con él. Ya lo dijo Jesús no entran en el reino de Dios, desgracia lamentable. Y el texto de donde se agarra la iglesia católica para bautizar a todo mundo es cuando cristo le dijo a sus apóstoles: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt.28, 19-20). Aquí dijo a todo mundo y no dijo que a los niños no…” #ParaReflexionar #ConociendoLaFeCatólica #DiosEsAmor (Fuente: La biblia, Facebook: Padre Pedro Nuñez y @catolicismoactivo).