Cuenta la historia que en un reino muy lejano, el portavoz de los ancianos, fue enviado a todos los pueblos que conformaban el reino, y le pidiรณ al consejo de cada uno, que eligieran a la persona que consideraban mรกs apta para ser emperador.
En uno de ellos, vivรญa Isabel, una joven pastora, que era conocida por el amor que profesaba a su pueblo. Isabel fue enviada, llegรณ al gran salรณn, donde se encontrรณ con cientos de jรณvenes de todos los pueblos del reino y que tenรญan la oportunidad de ser emperadores o emperatrices; el consejo de ancianos, les diรณ la bienvenida y su portavoz, nuevamente tomรณ la palabraโฆ Y dijo: โCada uno de ustedes recibirรก una semilla, la deberรกn plantar en tierra de su pueblo y la cuidarรกn, cuando llegue la primavera, nos reuniremos de nuevo aquรญ, cada cual con la planta que cuidaron en una maceta, quien tenga la planta mรกs cuidada y con la flor mรกs hermosa, serรก quien ocupe el tronoโโฆ
Isabel tomรณ la semilla y la guardรณ con mucho cuidado y emprendiรณ el camino de vuelta a casa. Una vez en su pueblo, la plantรณ en la mejor tierra de las montaรฑas, la regรณ y la cuidรณ con mucho amor y esmero. Los dรญas pasaron y la semilla no germinaba, le puso mรกs tierra, la abonรณ, la regรณ y hasta le cantaba todos los dรญas, sin embargo, no se observaba ningรบn brote.
Llegรณ por fin la primavera y con ella el momento de presentarse en el palacio con su planta, sin embargo, nunca brotรณ nada de su maceta. Llegado el gran dรญa, al amanecer, Isabel tomรณ su maceta vacรญa y llena de tristeza, fue a su cita en el palacio. La gran sorpresa que se llevรณ al entrarโฆ cientos de jรณvenes con sus macetas que lucรญan hermosรญsimas y maravillosas flores.
Un anciano sabio recorriรณ el salรณn, observando cada macetaโฆ Llegรณ hasta donde Isabel, y ella, llena de vergรผenza y cabizbaja, no se atrevรญa a verlo a los ojos. El anciano, tomรณ con dulzura su barbilla, le levantรณ la cara, y le dijo โAmada niรฑa, tรบ vas a ser nuestra emperatrizโโฆ
Isabel pensando que era una broma le dijo โยฟPero, si mi maceta no floreciรณ y el trono lo tendrรก aquella persona que tenga la flor mรกs bella?โฆโ
-Asรญ es, contestรณ el sabio, plantamos la semilla de la honestidad en cada corazรณn, y en el tuyo floreciรณโฆ a todos, aquel dรญa, les dimos semillas muertas, y de semillas estรฉriles no nacen plantas, mucho menos floresโฆ
โHe aquรญ, tรบ amas la verdad en lo รญntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabidurรญaโ
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