El don de piedad lleva a perfecciΓ³n el abandono confiado en la providencia amorosa del Padre!β¦
El PresbΓtero Donal Clancy sobre este hermoso don, nos enseΓ±a que: βPara una buena oraciΓ³n ayudan mucho las actitudes del corazΓ³n. Una de estas actitudes es la del hijo, y es la que vamos a reflexionar ahora a la luz del don de la piedad.
A veces uno encuentra almas de verdad βfilialesβ. En la vida, significa una persona muy a gusto con sus papΓ‘s, atenta, agradecida, considerada, βque se siente como en casaβ junto a ellos. Por el contrario, entendemos lo triste que es carecer del buen corazΓ³n filial, el hijo malagradecido o sencillamente egoΓsta.
En la vida espiritual, la persona con corazΓ³n filial tiene una relaciΓ³n muy βfrescaβ con Dios, muy abierta a Γl, confiada en Γl. Esta persona tambiΓ©n disfruta acudir con la SantΓsima Virgen MarΓa. Se siente hijo de la Iglesia, del Papa. Si pertenece a una congregaciΓ³n religiosa, vive una relaciΓ³n confiada con los superiores. Normalmente un alma asΓ tiene una vida de oraciΓ³n fervorosa, y se palpa la presencia del don de la piedad.
Y en relaciΓ³n a nosotros, ΒΏcΓ³mo puede ser nuestro corazΓ³n filial delante de Dios? Ya somos hijos de Dios por el bautismo. Al designar a Dios con el nombre de βPadreβ, la revelaciΓ³n acoge la experiencia de la paternidad y maternidad humanas para revelar quiΓ©n es Dios Padre. MΓ‘s aΓΊn, Dios transciende tambiΓ©n la paternidad y la maternidad humanas, con sus valores y fallos. Nadie es padre como lo es Dios. Y nadie es huΓ©rfano de Dios!β¦
El don de la piedad perfecciona esta experiencia de la fe. El EspΓritu sana nuestro corazΓ³n de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios y para con los hermanos. La ternura como actitud sinceramente filial para con Dios se expresa en la oraciΓ³n. La experiencia de la propia pobreza existencial, del vacΓo que las cosas terrenas dejan en el alma, suscita en el hombre la necesidad de recurrir a Dios para obtener gracia, ayuda, perdΓ³n. El don de la piedad orienta y alimenta dicha exigencia, enriqueciΓ©ndola con sentimientos de profunda confianza para con Dios, experimentado como Padre providente y bueno. (Cfr. Juan Pablo II, 28 de mayo de 1989). Santo TomΓ‘s lo explica asΓ: βlos dones del EspΓritu Santo son ciertas disposiciones habituales del alma que la hacen ser dΓ³cil a la acciΓ³n del EspΓritu Santo. Ahora bien: entre otras mociones del EspΓritu Santo, hay una que nos impulsa a tener un afecto filial para con Dios, segΓΊn expresiΓ³n de Rom 8,15: HabΓ©is recibido el EspΓritu de adopciΓ³n filial por el que clamamos: Β‘Abba! Β‘Padre!β (ST II II 121 1).
Esta mociΓ³n nos permite βsentirβ a Dios como Padre buenΓsimo y amoroso casi de modo inmediato. El corazΓ³n se dilata de amor y de confianza para con Dios. La oraciΓ³n ya no es la bΓΊsqueda penosa de un ausente, sino el despertarnos a la mirada amorosa del Presente: un Dios que ya estΓ‘ esperΓ‘ndonos en la oraciΓ³n, escudriΓ±ando nuestro corazΓ³n, el padre que βve en lo secreto y recompensarΓ‘β. Es cierto que muchas veces entrar en la presencia de Dios necesita un trabajo nuestro, y debemos hacerlo. Con el ejercicio de la virtud, se hace mΓ‘s fΓ‘cil, pronto. Pero cuando el EspΓritu Santo nos dona la piedad podemos espontΓ‘neamente aclamar βAbbaβ. Los ejercicios de piedad dejan de ser una carga pesada y se hacen una verdadera necesidad del alma, un suspiro del corazΓ³n hacia Dios. Incluso cuando la sequedad turba la facilidad sensible de la comunicaciΓ³n con Dios, el don de la piedad es capaz de recibir esta privaciΓ³n penosa con paciencia, y aun con alegrΓa, porque viene de un Padre que no se oculta sino para que el alma le busque!β¦β. (Fuente: #CatholicNet) #losdonesdelEspΓrituSanto #dondepiedad #regaloqueelparΓ‘clitonosda #enseΓ±anzasdeJesΓΊs #EspΓrituSanto #paz #fe #esperanza #amor #evangelizaciΓ³n2.0 #Diosunoytrinoylavirgencitasonbuenos πππππΌπππ«